18 enero 2011

Gracias

Gracias. 

Necesito dártelas.

Veras...

Tu mera existencia me ha dado un motivo para vivir.

Yo era alguien que perdió todas sus batallas y todas sus guerras; pero eso no es nada que importe. Lo importante es que me quede sin nada que ganar en la vida. Miraba hacia delante y nada veía. Solo más tiempo vació esperándome para nada.

Y, de repente me volví un hombre viejo; pues la diferencia entre los viejos y los jóvenes no es la edad si no otra mas sencilla pero también más cruel y esa es que a los viejos ya solo nos quedan los recuerdos, buenos o malos más solo recuerdos.

Y, yo ya solo tenía eso; recuerdos.

Así he vivido mis dos últimos años. Recordando sin más. Hasta que supe de ti.

Me has cambiado la vida sin necesidad de otra cosa que ser quien eres y como eres. Me parecías un sueño. Me prometí despertar, mejor dicho me negué a soñar; pero seguí soñando, claro. Hoy es cuando he despertado, sin querer.

Y, debo admitir que no eres un sueño. Eres mucho más.

... Carne, hueso, sangre. Vida.

Aliento.

He despertado, sí, por que hoy sé que aunque mañana tú y yo nos sentáramos en la misma mesa y nadie mas hubiera allí no estaríamos aun así solos. Ni lo estaríamos paseando por la playa más solitaria del mundo, ni...

Sé que amas a otro. Otro que lo llevas dentro y te acompaña siempre en lo que sientes por él.

Me parece bien. Me parece hermoso.

Sé que no le harás daño y que por instinto tuyo le seras fiel en todas las facetas de la vida, pues así es como has nacido y eres. Y, por supuesto es como quiero que seas.

Por fortuna de todo esto nada sabes o yo me encontraría, por ello, en una situación un tanto incomoda. Lo digo, cuento, aquí por que no hay modo de que sospeches que lo digo por ti y de esa forma pese a todo te lo digo. Y, es que pese a que no he llegado realmente a enamorarme de ti...

Yo sospecho que en realidad ya lo estoy, aunque tan solo sea por lo mucho que necesito recordarme a mi mismo, a diario, que no lo estoy. Y, la necesidad que siento de que ese hombre te ame, por el mero hecho de que lo amas tú, del modo en que yo quisiera poderte amar y nunca podre.

Gracias por todo ello. Gracias por existir y ser como eres.


Por demostrarme que pese a todo no soy un viejo y que aunque ya no quiero soñar sueño.


5 comentarios:

José Antonio dijo...

Vivir sin ilusión no es vivir, es resistir a duras penas el paso del tiempo. Caer es irremediable, lo hacemos todos cuando menos lo esperamos; pero permanecer tirado en el suelo más tiempo del debido no conviene. Por eso, hemos de hacer lo posible por levantarnos y proseguir. La vida desde el suelo no es vida, es otra cosa. Somos seres humanos y como tales capaces de andar erguidos. Y una vez en pie, conviene mirar bien donde nos caímos para procurar esquivar el bache la próxima vez. Los bastones ayudan a levantarse, pero una vez erguidos conviene deshacerse de ellos y volver a caminar por nosotros mismos. Un abrazo fuerte, Manuel.

Manuel dijo...

Palabras muy sabias, Samurai.

... Pero que con frecuencia se usan para intentar ocultar que la vida no es una película de Walt Disney y que a veces, simplemente, lo mejor es no levantarse.

José Antonio dijo...

Manuel nadie dice que sea fácil, pero hemos de intertar recuperar la verticalidad perdida. Luego, tras intentarlo, podremos o no lograrlo, pero es nuestro deber seguir. Y si no lo hacemos por uno mismo, hagámoslo por aquellos que nos quieres de verdad y están cerca (la familia, por ejemplo). Ellos seguro que desean vernos bien, recuperados. Un abrazo fuerte, Manuel.

Manuel dijo...

Ufffh...

Me parece que es mejor no darle demasiada importancia a un puñado de palabras. No son nada; solo viento que con el viento se va.

...Quizá, incluso, me las debí guardar; callar.

Olvidemoslo.

Manuel dijo...

Creo Bárbara que de lo único que me siento orgulloso en mi vida es de no cerrar los ojos por miedo a la oscuridad. Lo demás, sinceramente, me parece poca cosa o nada. Solo es un intento desesperado por abrazar a quien ya se sabe que no se podrá abrazar. O, así lo veo yo.

En cierto modo es el rezo de un ateo.