23 octubre 2011

Parece que el mundo se mueve...




Desde luego para mi sorpresa, ya que yo era de los que, hace tan solo unos meses, pensaba que me moriría sin ver nada parecido. Pero parece ser que sí, que el mundo se mueve :-)

1 comentario:

Juan Antonio dijo...

En la teoría hay a quien le puede sonar bien (a mí ni siquiera en la teoría me suena bien),pero en la práctica el individualismo, o liberalismo político-económico, se traduce en que unos pocos explotan los recursos de todos, y a todos; se traduce en profundas injusticias de mercado; se traduce en un desarrollo completamente insostenible que arrasa de forma suicida con los recursos naturales; se traduce en guerras injustas, que asolan y matan a poblaciones civiles inocentes y humildes, para lograr bienes de los que se carece, con un consiguiente mayor beneficio y ventaja (la guerra de Iraq, por ejemplo); se traduce en una codicia insaciable que lleva a los agentes económicos a tomar decisiones absolutamente irresponsables, no hay que ver más que la actual crisis económica que tiene sumida en la más absoluta desesperación a millones de personas, que no la han provocado, y que, sin embargo, la costean, de muchas de esas personas se puede decir que les han arrebatado simplemente su futuro, la posibilidad de vivir su vida dignamente, no como mendigos que tienen que acudir a los cubos de basura de los supermercados para poder comer, o a los comedores sociales; se traduce en que cuando hay pérdidas debido a los actos irresponsables de los agentes económicos estas pérdidas se socializan, pero cuando hay ganancias se privatizan; se traduce en hacer cada vez más precaria la educación pública, con el fin de manipular y explotar fácilmente a masas enteras de personas; se traduce en la extinción de la libertad de prensa, en adelante, más que libertad de prensa, lo que hay es libertad de empresa; se traduce en la desaparición de la política, y en la aparición de una casta de políticos bellacos y mentirosos que han dejado de temer a sus pueblos, y que, es más, se burlan abiertamente de ellos; se traduce en que, como afirmaba Gandhi, el mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para satisfacer la avaricia de algunos; se traduce en crear crisis económicas para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos; se traduce en hacer creer a los individuos que solamente ellos son culpables por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos, así, en vez de rebelarse contra el sistema económico, los individuos se autodesvalidan y se culpan; se traduce en mantener la atención de los ciudadanos distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, absorbida por temas sin importancia real, perfectamente insignificantes; se traduce en un Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, et., etc. Hemos nacido en un mundo que nos atiborra de ideales, pero los ideales corrompen la mente, porque los ideales impiden mirar cara a cara a los hechos. El liberalismo económico debiera comprender la necesidad que tiene, no de ser regulado, sino de regularse él mismo, o de autorregularse, reconociendo de una vez la necesidad de generar bienestar en las sociedades en las que opera, porque de lo contrario, de continuar enarbolando el lema "todo para el ganador", no estará caminando más que hacia su propia derrota. Pero dudo mucho que alguna vez llegue a hacerlo.