04 noviembre 2011

El cuento de los dos hermanos

Erase una vez dos hermanos, que vivían en la misma casa. Uno en el piso de arriba otro en el de abajo; el desván lo tenían dividido, mitad para uno, mitad para el otro.

Cuentan que los dos hermanos eran un ejemplo de fraternidad, de tan bien como se llevaban.

Los dos trabajaban duramente el campo; sembraban patatas, las cosechaban y luego cada uno guardaba su parte de las patatas en su parte del desván.

Lo curioso del caso, es que cada uno de ellos, movido por el amor que se profesaban, a escondidas del otro , cada noche, subía a su parte del desván, tomaba uno de sus sacos de patatas y se lo dejaba en la parte del  del otro hermano pensando que su hermano lo necesitaba más que él. Y, como uno lo hacía en las primeras horas de la noche y otro en las ultimas jamás llegaron a descubrir lo que el otro hermano hacía.

El cuento no es mio, es de origen sufí, se usa para mostrar aspectos de la realidad que habitualmente nos pasan desapercibidos y tiene múltiples lecturas. Pero lo que me importa es que es un cuento real, si no fíjate y veras como en tu propia vida, y no en un cuento, habitan esos dos hermanos. Es normal, nos pasa a todos, a unos más a otros menos pero a todos.

1 comentario:

Juan Antonio dijo...

Es un magnífico cuento sufí. Habitualmente, en el mismo momento en que acabamos de conocer a una persona ya elaboramos una imagen de ella, según la cual es de una manera y no de otra, es esto, no es aquello, le falta lo otro, etc. Y lo peor es que tomamos a esa persona por esa imagen casi instantánea que en unos segundos hemos formado de ella. ¿Pero qué valor tiene esa imagen? ¡Ninguno! ¿Acaso conocemos a esa persona?, ¿acaso vemos todo lo que hace y siente en todos y cada uno de los momentos de su vida? ¿Acaso vemos todo lo que sería capaz de hacer y de dar en una situación determinada? ¡Ni ella misma lo sabe! Sí, este cuento sufí es muy bueno.