24 diciembre 2011

Navidad

No me sorprende que la navidad sea la época del año en la que más suicidios se producen. Por sus características es una fiesta para celebrar en compañía, y no en cualquier compañía. Son muchos los invitados a ello y que no disponen de como celebrarla. Y, esa ausencia de "compañía, que se vive todo el año, se vuelve especialmente hiriente en unas fechas en las que todo parece querer decir que si no dispones de esa "compañía" no eres persona y que si lo eres es gracias a que dispones de ella.



Yo suelo defenderme de ello de un modo que me parece eficaz, dando a estos días su significado religioso y concentrándome en ello; aislando o tratando de aislarlo de lo demás. Aunque para ello y dada mi poca sintonía con el cristianismo acudo para ello a una vieja y muy difamada religión que lleva ya extinta, pues ahora no recuerdo cuanto pero, como unos 15 siglos.

Por eso mientras trabaje esta noche, que la trabajare, me centrare o tratare de centrar en que esta es la noche que  cada año, como todos los años, celebramos su nacimiento. El de Mitra; el aliado, el amigo.

Mientras para todos los demás, el puñadito de gentes que os pasáis por este blog e incluso para quienes no se pasan por el, me gustaría dejar algo diferente.

Algo como esto...


       ¡Feliz Navidad!!!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay una luz que nada podrá apagar, ni robar, porque siempre hay cantos que cantar más allá de los hombres, y esos son siempre los cantos más hermosos. Y que Ernest Hemingway tiene razón, que "podré ser destruido, pero no vencido". En cuanto a mí estas fueron sin duda las peores navidades de mi vida, no por mí, porque cuando es por ti, cuando sólo es por ti, tus peores navidades no todavía no han llegado, y mientras sea sólo por ti nunca llegarán, las peores navidades llegan cuando..., pero bueno, es mejor callar. Cuando llegan las peores navidades de tu vida vas a la iglesia y quemas todos sus santos, el cáliz, la sangre de cristo, todos los libros sagrados..., y entonces, cuando has quemado todo lo sagrado, sólo te queda tu corazón, tu corazón que late las peores navidades de tu vida, y ya no necesitas nada más, a nadie más, nada más, a nadie más, sólo a tu propio corazón. Que Cristo no enseñó nada es verdad, lo único que hizo fue decir: "Mira a tu propio corazón, amigo." La religión es basura. Que la religión es basura lo descubres cuando llegan las peores navidades de tu vida, y que nunca son por ti...