23 enero 2011

Nosotros, las marionetas...



La vida humana es la vida de un títere.

Somos esclavos de nuestras esperanzas.

Ellas son los hilos que mueven nuestras vidas.

Y, cuando esos hilos se rompen...

... Simplemente seguimos siendo la misma marioneta que siempre hemos sido; solo que ahora inerte, sola y olvidada.

 Entera y aun así rota.

18 enero 2011

Gracias

Gracias. 

Necesito dártelas.

Veras...

Tu mera existencia me ha dado un motivo para vivir.

Yo era alguien que perdió todas sus batallas y todas sus guerras; pero eso no es nada que importe. Lo importante es que me quede sin nada que ganar en la vida. Miraba hacia delante y nada veía. Solo más tiempo vació esperándome para nada.

Y, de repente me volví un hombre viejo; pues la diferencia entre los viejos y los jóvenes no es la edad si no otra mas sencilla pero también más cruel y esa es que a los viejos ya solo nos quedan los recuerdos, buenos o malos más solo recuerdos.

Y, yo ya solo tenía eso; recuerdos.

Así he vivido mis dos últimos años. Recordando sin más. Hasta que supe de ti.

Me has cambiado la vida sin necesidad de otra cosa que ser quien eres y como eres. Me parecías un sueño. Me prometí despertar, mejor dicho me negué a soñar; pero seguí soñando, claro. Hoy es cuando he despertado, sin querer.

Y, debo admitir que no eres un sueño. Eres mucho más.

... Carne, hueso, sangre. Vida.

Aliento.

He despertado, sí, por que hoy sé que aunque mañana tú y yo nos sentáramos en la misma mesa y nadie mas hubiera allí no estaríamos aun así solos. Ni lo estaríamos paseando por la playa más solitaria del mundo, ni...

Sé que amas a otro. Otro que lo llevas dentro y te acompaña siempre en lo que sientes por él.

Me parece bien. Me parece hermoso.

Sé que no le harás daño y que por instinto tuyo le seras fiel en todas las facetas de la vida, pues así es como has nacido y eres. Y, por supuesto es como quiero que seas.

Por fortuna de todo esto nada sabes o yo me encontraría, por ello, en una situación un tanto incomoda. Lo digo, cuento, aquí por que no hay modo de que sospeches que lo digo por ti y de esa forma pese a todo te lo digo. Y, es que pese a que no he llegado realmente a enamorarme de ti...

Yo sospecho que en realidad ya lo estoy, aunque tan solo sea por lo mucho que necesito recordarme a mi mismo, a diario, que no lo estoy. Y, la necesidad que siento de que ese hombre te ame, por el mero hecho de que lo amas tú, del modo en que yo quisiera poderte amar y nunca podre.

Gracias por todo ello. Gracias por existir y ser como eres.


Por demostrarme que pese a todo no soy un viejo y que aunque ya no quiero soñar sueño.


03 enero 2011

Sin mis palabras (II)

Parte 1




Parte 2