En nuestros sueños yace dormida la semilla de todos nuestros futuros.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Sin duda, en nuestros sueños yacen dormidas las semillas de todos nuestros futuros. Sin duda. Cuando vi por primera vez el mar, sus enormes olas levantándose y deshaciéndose a lo lejos, sus espumas blancas y la arena, la luz brillando como nunca clara..., cuando su brisa empapó cada uno de los poros de mis pulmones..., cuando su agua fría no dejó sin pulsar ni una sola de las terminaciones nerviosas de mi piel, haciéndome sentir intensamente vivo..., supe, supe con toda claridad que yo había soñado el mar, y que ahí estaba ahora. Entonces el mar me hizo experimentar verdadera felicidad, experiencias así resultan inenarrables. Amo el mar, profundamente.
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Sin duda, en nuestros sueños yacen dormidas las semillas de todos nuestros futuros. Sin duda. Cuando vi por primera vez el mar, sus enormes olas levantándose y deshaciéndose a lo lejos, sus espumas blancas y la arena, la luz brillando como nunca clara..., cuando su brisa empapó cada uno de los poros de mis pulmones..., cuando su agua fría no dejó sin pulsar ni una sola de las terminaciones nerviosas de mi piel, haciéndome sentir intensamente vivo..., supe, supe con toda claridad que yo había soñado el mar, y que ahí estaba ahora. Entonces el mar me hizo experimentar verdadera felicidad, experiencias así resultan inenarrables. Amo el mar, profundamente.
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