Se supone que yo no hago esas cosas.
No soy amigo de usar golpes bajos y menos de los de esa clase, pero me pudo la impotencia.
...Todo comenzó de forma inesperada, le conozco de hace tanto que ya no sé cuanto, pero hablando él saco el tema, me contó y descubrí que ese hombre tiene realmente algo que contar. No algo ingenioso, bonito y divertido, que eso yo ya lo sabía. Tiene algo más y de lo que nunca me había hablado. Y, lo sabe contar, que es igual de importante o aún más. Y, ese algo es algo que hoy necesitamos que nos cuenten; pero de verdad y mucho. Y, no lo quiere contar.
Cree que no le escuchara nadie. Y, esa fe en la sordera ajena le lleva a encerarse en su silencio.
Y, yo luche contra esa fe suya. Me dedique a ello con ahínco y volveré a ello. Pero todos mis ataques para debilitar su fe fracasaban estrepitosamente. No lograba hacerle ni cosquillas. Y, todo era inútil y... nada.
Entonces, sucedió...
Le golpee. Bajo. Pero que muy bajo. Donde nadie tiene defensa. Le recordé que tiene una hija de pocos años y que el mundo en el que esa niña va vivir lo estamos construyendo ahora, nosotros, entre todos. Y, él incluido, mal que le pese. Un nuevo mundo que construimos a base de actos y omisiones. Y, le pregunte que clase de mundo quiere para su hija y los hijos de su hija.
El presente es la cuna del futuro, incluido el de su niña, tras hacerle recordar algo tan simple me fue fácil pedirle una sola cosa “dime ahora que te vas cruzar de brazos”.
P.D.: Y, lo admito, pienso que debería sentirme avergonzado por lo que hice, pero también es cierto que no me avergüenzo.
5 comentarios:
Pienso que no debes avergonzarte, sino todo lo contrario. Decir la verdad, abrir los ojos de quien no quiere abrirlos, hablar con claridad, no es un golpe bajo. Es ser sincero y, sobre todo, honrado.
Saludos
Sofi
Hola Manolo, si lo que le contaste era verdad no temas seguro que le sirve para recapacitar, aunque las verdades a veces duelan, un saludo.
Sofi y Nes, no me avergüenzo, de verdad, es que... simplemente duele.
Y, duele por dos razones, una la de tener que recurrir a esto y otra que le dolió a él.
A verdade sempre dói, mas tem que ser dita, principalmente aos que andam a viver sempre na mentira.
Um abraço,
Manuela
Cierto, Manuela, es solo que de momento no puedo evitar el mal sabor de boca que eso me ha dejado.
P.D.: Ya se me ira pasando.
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