31 diciembre 2011

A veces la vida es un río

Quizá vaya siendo tiempo de volver a creer en lo que un día se mostró como meramente imposible. Nada ha cambiado salvo el día.





"Hay dos clases de gente, los que van a alguna parte y los que no van a ninguna"


Hay un lugar al que siempre quise llegar. Un valle, perdido entre las montañas.

Inaccesible en invierno. Pero quizá, solo quizá, ahora sea verano. Claro que ahora no soy joven y las montañas no te dejan subir a ellas con bastón y yo me apoyo en muletas. Pero...

Quizá, solo quizá, ha llegado el verano y hasta un viejo como yo sabe arrastrase, si hace falta, y para arrastrarse montaña arriba no hace falta bastón, ni hacen falta muletas.

No sé, temo, me espanta la vana esperanza, pero...

Creo que comenzare a ascender. Al fin y al cabo mis muletas y los mil bastones son solo peso muerto, si sé arrastrarme montañas arriba dejando atrás la sombra del mundo.

Ya sé que no me explico, pero yo me entiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay dos clases de personas, siempre hay dos clases de personas: las que son y las que están, las que piensan y las que embisten, las que hablan y las que hacen, las que que hacen camino al andar y las que andan por caminos ya hechos, las que que tienen una mente vacía que nada daña y las que tienen una mente que es como una pared que todo desconcha, dejando heridas indelebles, las que ven y las que pasan... Siempre, siempre hay dos tipos de personas.