05 enero 2012

Vivir

«Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río»


Es curioso, vivir es fluir, sin cambio no hay mañana y a cada instante, cierto, las aguas de un río son distintas al instante anterior como lo son al siguiente. No solo cambian las aguas; "todo cambia".

Pero entonces...

Si nada hay más natural que el cambio, hasta el punto de que la ausencia de cambios es sinónimo de muerte, entonces...

¿Por qué temen los humanos tanto al cambio???!!



No me asusta cuando cambias. Me asusta que no cambies.

1 comentario:

Juan Antonio dijo...

Sólo en la muerte de lo viejo está la vida de lo nuevo, y debido a ello muerte y vida van siempre juntos, y están siempre sucediendo a cada instante, gracias a ello hay vida, porque si la vida no se moviese más que vida sería muerte. La muerte no es algo que acaezca al final de la vida, porque si así fuese no habría vida. La vida y la muerte, la muerte y la vida, son tan inseparables como el anverso y reverso de una hoja, si una de las partes faltase todo sería mucho más sencillo: simplemente no habría hoja. No comprendemos que únicamente el cambio es eterno, porque lo que único que nunca deja de haber es cambio, y que, por esto, nuestra eternidad está en el cambio. Sólo en el cambio encontraremos la eternidad. No somos más que sombras que pasan en un universo sin Dios, si tratamos de aferrarnos a algo o a alguien sufriremos inevitablemente, porque no hay nada a lo que podamos hacerlo. Somos como olas en el mar: lo nuestro es pasar; lo nuestro es pasar, y volver, cada vez diferentes y siempre los mismos; pero el océano siempre está; siempre está. Somos desdichados porque no sabemos que somos felices, y eso es todo, no sabemos aún que nuestra mayor gloria está allí donde dejamos de
existir.