08 abril 2012

Hipatia

Hace unos 25 años, a través de Sinesio fue como descubrí la existencia de su maestra Hipatia. La curiosidad y algo más me hizo querer saber más sobre ella. Y, me enamore de esa mujer, de su historia, de su vida.

Por eso, en honor a ella y algo más, fue el suyo el nombre que le quise poner a mi hija; en un tiempo en el que a nadie en España le sonaba tal nombre y a todo el mundo con el que lo hable le parecía horriblemente feo.

Puede que el nombre sonara feo, pero yo no buscaba un nombre hermoso. Buscaba uno que inspirara en mi hija belleza humana, que es diferente.

Y, su madre, que tanto se parece a la propia Hipatia, para mi sorpresa me lo permitió. Nuestra hija no llego a nacer. Pero aun así, ahora, después de tantos años ese sigue siendo el nombre de mi hija.

Un retrato (figurado) de Hipatia de alejandria, formo parte del blog en sus inicios. Y, es que con frecuencia me inspiro en ella para decidir lo que cuento o no cuento y como lo cuento. Al fin y al cabo es ella, también, maestra mía. 



Luego comenzó a ponerse muy de moda hablar de la película Ágora de Amenábar, nunca he querido ver esa película. Sabiendo el final no podía querer. Pero anoche, antes de acostarme, de nuevo encendí el televisor y encontré en una de las cadenas que la estaban emitiendo. Y, entonces me obligue a ello; ahora quería ver para poder hablar. Hablar sobre lo que siento, lo que pienso, lo que quiero, lo que hago.

Quería desear hablar.

1 comentario:

Rita Blanco dijo...

Muy emotivo, Manuel. Y muy aleccionadora la historia de esta mujer.

Un abrazo, Rita