Eran tres los vídeos que había seleccionado para tratar de transmitir determinado contenido. Y, pensaba incluirlos poco a poco en el blog, pero no muy distanciados. Hasta pensé en incluirlos en una sola entrada, aunque finalmente deseche esa idea.
Acabo de incluir el segundo. Y, contrariamente a lo que venía haciendo lo comentare un poco.
El vídeo es un fragmento de la película V de Vendetta, no la he visto. Tampoco me apetecía. No esperaba nada de lo que me dijeron que era su guión.
Pero, por razones que no vienen al caso, en los últimos meses he una y otra vez visto muchos de sus fragmentos. Y, no dudo que Harry Guerrin tenia razón cuando dijo en la RTE (Radio Televisión de Irlanda) "se convertirá en una película de culto cuya reputación solo será incrementada con el tiempo". Lo hará por como cuenta lo que cuenta y cuando lo cuenta y a quien se lo cuenta. Quizá algún día hable sobre ello, pero antes debería ver la película entera, de principio a fin y eso es algo que sigo sin tener ganas de hacer pues hay demasiadas cosas en esa película que me recuerdan el mundo en que nací.
Recuerdos que no me son gratos. Recuerdos que me hurgan en una herida abierta y que aun no estoy preparado para avivar.
Pero olvidar es peligroso.
Esa escena que os dejo en la anterior entrada, no la conocía, la busque a propósito, seguro de que probablemente en esa película aparecería algo que me sirviera para transmitir lo que buscaba decir.
Me la han calificado de melancólica, triste y por lo tanto inoportuna.
Es melancólica y triste pero no inoportuna. Al contrario, es de lo más oportuna. Dice lo que debe ser dicho. Mucho más incluso de lo que yo buscaba. Y, sobre ello podría escribirse todo un libro y aun así apenas se habría empezado a decir nada.
"Nuestra integridad vale tan poco, pero es todo cuanto realmente tenemos, es el último centímetro que nos queda de nosotros, si salvaguardamos ese centímetro, somos libres...Es extraño que tenga que pasar el final de mi vida en un lugar tan horrible, pero durante tres años recibí rosas y no tuve que arrodillarme ante nadie....Moriré aquí. Cada centímetro de mi perecerá, cada centímetro, salvo uno. Un centímetro, algo pequeño y frágil y lo único que merece la pena conservar en el mundo, nunca debemos perderlo o entregarlo, nunca debemos dejar que nos lo arrebaten.´Espero, seas quien seas, que escapes de este lugar, espero que el mundo cambie y que las cosas mejoren, pero lo que espero por encima de todo, es que entiendas lo que quiero decir cuando te digo que aunque no te conozca y aunque puede que nunca llegue a verte, a reírme contigo, a llorar contigo o a besarte, te quiero"
...Pero cuando se quiere comprender pocas palabras hacen falta
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