Yo la historia no la recuerdo muy bien pero...
Cuentan que hace mucho, pero mucho, en tierras andinas una joven de un joven se enamoro y que ese joven la amaba.
Cuentan que la madre de la joven supo de esos amores y que esa madre era la reina del lugar.
Cuentan que el joven era el hijo de un labriego, uno más, uno de muchos.
Y, cuentan que por ello la madre esos amores no los vio con buenos ojos.
Y, cuentan que dio entonces orden de asesinar y enterar al joven amante de su hija.
Y, el joven fue muerto y enterrado.
Y, a la tumba entre llanto se acerba la joven. A llorar allí su llanto, húmedas lágrimas que fertilizaron la tierra.
Y, cuentan que de esas lágrimas y esa tierra nació un cañaveral.
Cuentan que no hay otro secreto, salvo ese: la primera quena la hizo el indio con una de esas cañas. Por eso la quena, la flauta andina, llora cada vez que alguien la toca; incluso aunque sea alguien que no conozca su secreto suena y en su sonar llora el amor.
Por eso da igual lo que toque el indio, por muy alegre que quiera sonar, si se sabe escuchar siempre se podrá oír el deslizarse de las lágrimas, por la piel de la mujer, hasta desprenderse e ir besar la tierra que cobija al amado.
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